Esta entrada va a ser cortita y al pie, que si no luego me os aburrís. Más que nada porque va a ser directamente proporcional al tiempo que estuvimos viendo a Zach Condon y los suyos... y no porque detrás viniesen Arctic Monkeys.
El concierto dejó bastante que desear, y no por apatía del señor Condon o su banda, sino por una calidad de sonido pésima. Dicho sea de paso no fue el único concierto en ese escenario que sonaba mal, lo cuál nos lleva a pensar en un mal diseño del mismo desde el principio. Como sea, culpa del escenario o del técnico de sonido lo cierto es que Beirut sonó bastante mal, seguramente el peor sonido del festival, con percusiones por encima de todo, vientos inaudibles y el bueno de Zach en medio de todo ello sin que se le escuchase una palabra, no digamos ya su pobre ukelele. Visto lo visto, o mejor dicho oído lo oído, aguantamos 4, a lo sumo 5 temas del grupo y nos largamos a ver a los Arctic, pero eso ya será otro post.
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