"The guitar's all very well John, but you'll never make a living at it"

John Winston Ono Lennon (quien tendría 70 años a día de hoy) fue un músico cuyo talento se forjo en el desarraigo: el de vivir a unas calles de la casa de la madre que le había abandonado cuando era pequeño, Julia, en su natal Liverpool.

Nowhere Boy (Reino Unido-Canada, 2009), cuyo titulo es referencia a una de las canciones de The Beatles (Nowhere Man), es la cinta que narra con brio y sin sentimentalismos los adolescentes años de Lennon, y su relato se centra en el breve reencuentro entre John y su madre. Buena parte de la historia se desarrolla en Mendips, la casa de Mimi en Woolton, en los suburbios de Liverpool (si bien hoy en día tiene poco que ver con la familia del artista, los aficionados peregrinan para ver el lugar donde creció).

De entre la larga lista de biopics sobre los miembros y el grupo de The Beatles, entre los que caben destacar "Backbeat" y "Across The Universe", Nowhere boy destaca por varias razones. La primera de ellas y la que a mi me ha parecido fundamental en la cinta, es que el director Sam Taylor-Wood se decantó por actores que antes que parecerse a los jóvenes músicos, resultsen excelentes actores: Aaron Johnson (Seeeeeh, es Kick Ass) resulta espléndido en su interpretación de un sensible y torturado Lennon.

Película para fans y aquellos que no lo sean (en ella nunca se menciona la palabra "Beatles"), resulta disfrutable también como un relato sobre el paso de la adolescencia a la madurez. Para los amantes de las efemérides, sin duda, uno de los grandes momentos es el encuentro de Lennon con un joven de orejas muy grandes: Paul McCartney (Thomas Brodie Sangster) o las primeras actuaciones de los, por entonces conocidos como, Quarrymen (versionando a grandes voces del Rock'n'Roll como Elvis o Chuck Berry).

En definitiva, toda una gran película para amantes del cine y de los 4 melenudos.



John y los Quarrymen versionando "That's All Right, Mama" de Elvis.